Placer sexual, alcohol y secuestros
La contratación de un servicio sexual era la excusa perfecta de un ciudadano supuestamente venezolano, quien extorsionaba a trabajadoras sexuales, en edades de entre 21 y 27 años, abusaba de ellas y las mantenía secuestradas con amenazas e intimidaciones.
El hombre de 46 años de edad, a quien aún no se le ha podido comprobar su verdadera identidad, ya que no contaba con documentos personales el día de su captura, permanece bajo detención preventiva imputado por los supuestos delitos de secuestro, extorsión, robo agravado y violación sexual. Operaba desde diversos hoteles y hostales de la localidad.
El Ministerio Público MP inició una investigación el pasado lunes 6, cuando fue capturado el presunto autor de los ilícitos. Mantenía secuestradas a once trabajadoras sexuales, la mayoría de ellas venezolanas y colombianas. Aunadas a estas víctimas, otras siete denunciaron haber caído en la trama de terror. Una última persona aseguró haber sido violada sexualmente por este hombre en 2015. En total, son 19 víctimas.
De acuerdo al sumario, el sujeto se dedicaba a esto desde junio del presente año.
Jairo Samaniego, fiscal adjunto contra la delincuencia organizada del MP, calificó la investigación como un caso excepcional, al manifestar que se tenía otra índole delictiva, no directamente el delito de trata de personas.
Entre $5,000 y $10 mil era la recompensa que se les solicitaba a los familiares de las afectadas. El supuesto venezolano les ofrecía $500 para pasar una noche de placer, luego eran emborrachadas para finalmente abusar de ellas sexualmente.
Los celulares les eran decomisados para sacar información del núcleo familiar y luego, con esos datos, hacer la solicitud de rescate por el secuestro. Las amenazas eran concretadas con arma blanca y con amenazas de asesinato a sus familiares en caso tal dieran algún aviso a los entes de seguridad. A otras se les daba libertad bajo la excusa de atraer nuevas presas. Las liberadas no se atrevían a denunciar por temor, según lo investigado.
En tanto, el fiscal adjunto contra la delincuencia organizada Gregorio Rodríguez explicó que los elementos de convicción en la investigación arrojaron otros verbos rectores, pero no se descarta que se imputen nuevos cargos por el delito de trata de personas.
Es el tiempo máximo de secuestro de sus víctimas. Algunas de ellas tenían carnés vencidos, provisionales, residentes o de turismo.